Los estadounidenses, llamados a celebrar el 4 de julio encerrados

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Gobiernos locales, temerosos a que los contagios continúen la senda alcista si la gente sale a las calles, han eliminado varias de las tradicionales actividades

Redacción

MADRID, España.- Estados Unidos se dispone a celebrar su gran fiesta nacional, el Día de la Independencia, bajo estrictas restricciones en buena parte del país para evitar la propagación del coronavirus.

Estados Unidos registró el pasado jueves un récord de nuevos casos en un solo día por sexta vez en nueve días, superando los 52 mil. Decenas de gobiernos locales, temerosos a que los contagios continúen la senda alcista si la gente sale a las calles, han eliminado varias de las tradicionales actividades, incluidos desfiles y lanzamientos de fuegos artificiales.

Las autoridades sanitarias, que ven este fin de semana como una prueba de fuego, han hecho un llamamiento a que los estadounidenses festejen en el patio de sus casas, en grupos pequeños, y han reforzado la importancia de usar mascarillas en lugares públicos.

A pesar de que los casos han aumentado esta semana en 40 de los 50 Estados, el presidente Donald Trump no ha abandonado sus planes de celebración.

El mandatario participó en la noche de ayer en un espectáculo de pirotecnia en el monte Rushmore, Dakota del Sur, y luego pronunciará su discurso del 4 de julio en Washington.

La capital estadounidense acogerá este sábado el sobrevuelo de aviones militares y lanzará más de 10 mil fuegos artificiales en el National Mall, donde se concentran los monumentos a figuras históricas y eventos que han marcado el destino de este país.

Será “el más grande en la memoria reciente”, adelantó el secretario de Interior, David Bernhardt. Según el Pentágono, regalarán hasta 300 mil mascarillas a los asistentes.

Las playas, que reabrieron el último fin de semana de mayo para el Día de los Caídos, estarán cerradas este 4 de julio en varios puntos del país, incluidos el sur de Florida, el sur de California y la costa del golfo de Texas.

Estos tres estados, los más grandes de la nación, han sido algunos de los más afectados por los nuevos brotes de contagios. El departamento de salud de Los Ángeles, uno de los epicentros de la pandemia en California, además de ordenar el cierre de las playas, suspendió los espectáculos de fuegos artificiales.

“Lo más patriótico que pueden hacer este año es quedarse en casa”, sostuvo el doctor Peter Beilenson, director del Departamento de Servicios de Salud del Condado de Sacramento.

Pero no todos se adhieren con el mismo ahínco a las recomendaciones de las autoridades sanitarias. El Servicio de Parques Nacionales informó a través de un correo electrónico que alentaba “fervientemente” a los visitantes a practicar el distanciamiento social y el uso de mascarillas, pero agregó que sus trabajadores “no tomarán medidas contra las personas que no usen cubiertas de tela ni se adhieran a la recomendación”.

El lago de los Ozarks, en Missouri, un destino frecuentado en estas fechas por los residentes del Estado y sus territorios aledaños, contará con espectáculos de fuegos artificiales, música en vivo y fiestas en las piscinas.

Trump ha insistido en que la razón de que las cifras de contagios, que ya suman 2.7 millones, se han disparado es el incremento de las pruebas para diagnosticar el virus, pero los resultados han derivado en que también aumenten las hospitalizaciones.

El epidemiólogo de la Casa Blanca, Anthony Fauci, sostuvo que no es posible determinar qué causó el pico actual en los casos, pero que probablemente fuese el resultado de una serie de eventos que ocurrieron simultáneamente, como la ola de protestas raciales, la celebración del Día de los Caídos y la reapertura de los Estados, detalló al Harvard Business Review.

Con información de El País

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