¡Sí se puede! Regresan jubiladas al HG Culiacán con donativos

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Esta actividad voluntaria se enmarca en el 30 aniversario del hospital

Redacción

CULIACÁN, Sin.- El colectivo de enfermeras fundadoras del Hospital General de Culiacán realizan una campaña voluntaria y permanente de donación y apoyo, con actividades diferentes a las acostumbradas celebraciones de aniversario al unirse en un esfuerzo solidario para entregar equipo de protección y detalles al personal de enfermería de los diferentes turnos que se encuentra en la primera línea de batalla contra el COVID-19.

El colectivo de enfermeras fundadoras del Hospital General de Culiacán se conforma con 53 enfermeras, ya que se incluyeron algunas pasantes de enfermería de los años 90 y esta actividad voluntaria se enmarca en el 30 aniversario del Hospital General de Culiacán “Dr. Bernardo J. Gastélum”.

Las enfermeras María Luisa Arredondo, Clara Uzeta y Alma Valdez acudieron este fin de semana como representantes del grupo vulnerable de enfermería y de 30 años de servicio de esta unidad médica para hacer entrega de lentes y caretas de protección sanitaria, insumos y bocadillos a trabajadores de enfermería que se encuentran haciendo frente a la emergencia de salud.

“Dios los bendiga en todo momento”, expresaron.

Sin embargo, regresaron el lunes, también este martes. La presencia de las fundadoras es habitual en el día, en la tarde y en la noche, de lunes a viernes y los sábados y domingos.

Cada una de las fundadoras participa en la organización de este operativo de ayuda y con la aportación de una cooperación solidaria para hacer entrega de este apoyo.

La ayuda generalmente es recibida por parte de enfermería, enfermera por enfermera o grupos de enfermería y la entrega es realizada por representantes del colectivo de enfermeras fundadoras del Hospital General de Culiacán.

Las delegadas sindicales Gertrudis Verdugo Zúñiga, cariñosamente conocida como “Tulita”, e Hilda Cervantes siempre atentas en el activismo.

Hilda Cervantes, del turno matutino, ha sido una activa promotora para la adquisición de galletas, dulces y refrescos, que representa un incentivo simbólico entre compañeros de trabajo.

El gesto de donar insumos de protección sanitaria se suma a la actividad permanente de llevar galletas, alimentos o bebidas a los diversos servicios destinados actualmente a la atención del COVID-19 como un detalle afectivo para el personal de enfermería.

“Es una manera de darnos ánimos y expresar nuestro cariño y compañerismo”, explican.

Estas actividades se despliegan en todos los turnos, en los últimos días las fundadoras del hospital se han hecho presentes en la mañana, y en las jornadas matutina, vespertina y nocturna. Por ejemplo, Cecilia Castaños repartió los presentes durante la noche del domingo.

Este humilde pero valioso apoyo se ha visto en todos los servicios y también con personal que realiza otras responsabilidades como intendencia.

“Regalamos galletas porque así expresamos, con un detalle sincero, nuestro afecto e interés de salir adelante de este desafío”, apunta una enfermera del colectivo.

Así han sido todos los días de mayo, los pasillos del hospital son confidentes y testigos de este peregrinar.

Hombres y mujeres que tienen en común la vocación de enfermería en la sangre de sus venas muchas veces duermen poco, comen a medias y se mantienen en la lejanía de su familia en tiempos del COVID-19.

Los enfermeros y las enfermeras van y vienen sin cesar. Durante los últimos días de mayo, las fundadoras seguirán visitando los servicios repartiendo aliento y amor, con la convicción de que siempre es posible una mejoría y que esto pasará. Su presencia es un aire puro y vigorizante.

Se puede escuchar el sonido de la vida en cada sala con la sola presencia de una enfermera que camina, la esperanza la acompaña bajo sus zapatos en medio de una enfermedad que vencen en cada alta hospitalaria.

En esas voces humanas que dicen “Sí se puede” solamente hay paz y en la salud recuperada de cada paciente una profunda belleza.

Por eso un joven espera en una sala sosteniendo unas flores para el familiar que vuelve a su encuentro con la vida y una pizza con una emotiva carta de agradecimiento para las enfermeras.

Flores, galletas, protectores, un beso en la distancia. El amor y la gratitud tienen diferentes rostros.

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